Las claves psicológicas de la popularidad de Harfuch
- Pablo Nagano
- 29 oct
- 2 Min. de lectura
La imagen pública del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana se crea en una extraña paradoja: aunque la inseguridad es el tema que más preocupa a la población, Omar García Harfuch es el integrante mejor evaluado del gabinete presidencial.
¿Por qué, aunque el 64% de la población está preocupada por la seguridad, al mismo tiempo, 66% de los ciudadanos aprueban al responsable de la seguridad?
La clave está en algunos efectos psicológicos y herramientas de comunicación que permiten que García Harfuch genere una percepción muy positiva.
El primero se conoce como “efecto halo” y consiste en que una cualidad muy visible de una persona hace que tendamos a considerar que tiene cualidades equivalentes en otros ámbitos.
Por ejemplo, tendemos a considerar que las personas físicamente atractivas son también capaces, inteligentes y sociables.
Como Harfuch es considerado físicamente atractivo se tiende a pensar que también es capaz, inteligente y agradable, aun antes de verificarlo.
Por eso, al culminar su comparecencia la semana pasada en el Senado, tuvo que pasar casi 11 minutos permitiendo que se tomarán selfies con él.
El segundo es su enfoque en avances.
Por ahora no busca proyectar una victoria sobre el crimen, simplemente quiere que todos reconozcan que hay muchos avances.
Por eso su comparecencia estuvo llena de cifras de reducción en los delitos y aumento en las detenciones y decomisos.
No buscó que recordemos un dato en particular, sino que tuviéramos presente que había un mar de datos que mostraban avances.
Entiende que tendemos a apoyar a quien se mantiene dando pasos adelante.
No niega que siga habiendo delitos de alto impacto, pero dirige la atención la tendencia a la baja en ellos.
Estos dos elementos pueden parecer sencillos, pero Harfuch muestra que su combinación es muy potente para generar percepciones altamente positivas como funcionario público y que, a su vez, le deletrean su posicionamiento consistente como presidenciable.




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