El significado de tomar posición por la pacificación
- Pablo Nagano
- 2 nov
- 2 Min. de lectura
Difícil, muy difícil, ofrecer imágenes y resultados de avances en la pacificación del país.
El viernes 17 de octubre declaró Bernardo Bravo, líder limonero en Michoacán:
“Queremos dejar en claro lo que no queremos y en lo que no estamos de acuerdo: no estamos de acuerdo en los precios al limón puestos en los empaques y las industrias; no tienen sentido para poder mantener a nuestros jornaleros y nuestra mano de obra; el próximo lunes (en el tianguis del limón), no vamos a permitir el acceso a ningún corredor y a ningún coyote que esté poniendo precios por la fruta que no es de él.”
Estamos ante un momento político clave, del lenguaje de pacificación, del liderazgo social que da potencia a la voz/voces de los productores del limón michoacano: el ahora de una convocatoria a la reacción/cohesión entre comunidades, productores y gobierno, e irónicamente, el de la mayor vulnerabilidad de él, a quienes representaba y por quienes luchó.
Así lo confirmó la inacción de las autoridades municipales/estatal, en vez de reaccionar y construir una estructura de poder inter comunitario y una metodología de acompañamiento al líder y los productores agropecuarios de la región.
En efecto, a pesar de tener asignados escoltas y vehículo blindado, pocos días después de esa declaración, Bernardo Bravo -líder de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán- murió asesinado.
La fecha del escándalo internacional de la muerte del líder limonero, ocurrió en la cercanía de la comparecencia del propio Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ante Senadoras y Senadores de la República.
Harfuch debió referirse a la situación de vulnerabilidad que vive el campo en Michoacán, una entidad golpeada no solo por la caída de los precios, sino por los sangrantes pagos que deben hacer a los criminales: “Hay varios delitos -declaró Harfuch- que lamentablemente no se dan a conocer con la misma fuerza mediática que se dio a conocer este lamentable homicidio”. Posteriormente, se apersonó en Michoacán para encabezar el anuncio de una estrategia anti extorsiones al sector productivo.
Las piezas declarativas y discursivas de Bravo y Harfuch trazan la importancia de un momento dramático del proceso de pacificación del país, el del vaciamiento de los poderes local/estatales, la auto anulación de sus capacidades de resiliencia y eficacia institucionales, otro hilo fino fracturado de una real coordinación tan cantada con la Federación.
Ese es el significado de la memoria testimonio de las cuatro muertes que se llevó consigo la vida de Bernardo Bravo: la de su padre unos años antes (en la impunidad), la de él mismo (que ya implica detenciones de presuntos responsables), la de la vitalidad impune de la dominación de la economía narco criminal, y la de consabida muerte política de las autoridades constitucionales de la región que amaba y por la que, como su padre, obsequiaron su vida.
Gobiernos auténticos, empresarios y productores del país, quieren y trabajan por la nación y su pacificación.
No pueden tirar a la basura los momentos de poder pacifista que sus liderazgos sociales genuinos/patrióticos les y nos ofrecen.
Director General
Dr. Pedro Isnardo De la Cruz




Comentarios