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Cómo ganar la batalla mediática para reabrir las puertas en la UNAM

  • Foto del escritor: Pablo Nagano
    Pablo Nagano
  • 29 oct
  • 2 Min. de lectura

La respuesta de comunicación de la UNAM frente al cierre de sus escuelas y facultades por grupos de encapuchados ha sido prudente, institucional y ha apelado a la razón y el diálogo.

Sin embargo, no ha logrado activar emociones ni movilizar de forma constructiva el ánimo de los estudiantes que se oponen a los cierres.

Este punto es clave porque los grupos radicales saben que, aunque son minoritarios, tienen amplio margen de acción porque la mayoría que se opone a los cierres tiene dificultades para manifestarse de forma organizada y contundente.

Para contrarrestar esta tendencia la UNAM puede utilizar herramientas de comunicación que estimulen una manifestación organizada del malestar de los universitarios con los cierres.

Una opción es activar “reactancia psicológica”. Este efecto surge cuando percibimos que alguien limita nuestra libertad para decidir por lo que estimula una reacción para recuperarla.

La UNAM puede desarrollar mensajes que activen el deseo de recuperar capacidad de decisión entre la comunidad universitaria.

Por ejemplo, puede emitir preguntas como ¿Te parece bien que un grupo de encapuchados decida por ti que se cierre tu escuela o facultad?

Para activar que los universitarios se expresen puede lanzar preguntas adicionales como ¿Qué prefieres: diálogo con escuelas abiertas o el silencio de las escuelas cerradas?

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Plantear preguntas es una forma eficaz de comunicar porque activa lo que los especialistas llaman “elaboración instintiva”, es decir, que el cerebro no puede evitar, al menos por unos instantes, comenzar a procesar información para dar respuesta a una pregunta.

Es una forma de combinar reflexión y emoción para activar la respuesta de los estudiantes que no perciben opciones frente a las acciones de los encapuchados.

Activar reactancia psicológica y transmitir preguntas en vez de afirmaciones son solo 2 de las herramientas que pueden ayudar a la UNAM a movilizar de forma constructiva la energía de los estudiantes que están contra los cierres, pero que no quieren generar violencia.

El proceso de dialogo que se plantea para atender las necesidades de la comunidad también estará lleno de retos para las autoridades universitarias.

El principal es que mientras los estudiantes tienden a hablar en un lenguaje emocional que conecta con sus compañeros, las autoridades en cambio tienen hablar en un lenguaje formal que es percibido como distante.

Seguiremos este proceso para presentar más herramientas que las autoridades pueden aplicar para plantear sus propuestas de forma que conecten emocionalmente con la comunidad.


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